Reserve mesa en los mejores restaurantes del DIFC

En cuanto ponga un pie dentro, se percatará del ambiente de elegante bosque tropical. El restaurante, más alegre que una jungla, le ofrece un sabroso recorrido por la gastronomía latinoamericana, con un toque del estilo local. No puede perderse la terraza en la azotea pero, se siente donde se siente, prepárese para ponerse las botas. Entre los platos estrella se encuentran el tiradito con fruta de la pasión y hojas de shiso y un ceviche de lubina al estilo mexicano que están de impresión, pero deje hueco para las increíbles carnes a la parrilla como el asado de tira, una costilla de ternera asada durante 16 horas con salsa de tomatillo y chutney de physalis. Volverá a por más.

En lo a que buena comida y un rato agradable se refiere, es difícil superar a BB. Con un concepto inspirado en pasar tiempo juntos, la carta recorre lo mejor de Asia y Oriente Medio, de forma que los sabores son intensos. Todo está diseñado para compartir. Nuestros favoritos son el bao habibi con vacuno al sésamo, los pinchitos de cordero con harissa, el ramen de pato, el solomillo de wagyu con trufa a la barbacoa y el postre "baonut". Hay muchas opciones de lo más sabrosas también para veganos y vegetarianos, de forma que es uno de los lugares más accesibles y divertidos en los que comer en la ciudad.

Un favorito nacido en la ciudad que sigue pisando fuerte es BOCA, que lleva desde 2014 sirviendo platos modernos de inspiración europea. Merece la pena mencionar su compromiso con la sostenibilidad, con todo desde menús degustación que rinden homenaje a ingredientes locales cultivados en granjas hidropónicas y tradicionales en EAU hasta productos orgánicos cuidadosamente seleccionados de granjas éticas más lejanas. Gracias al jefe de cocina de BOCA, Matthijs Stinnissen, y a su maravilloso equipo, el resultado final suele ser mágico.

A menudo, en el panorama de la alta gastronomía, no se incluye la comida india, pero eso no es así en Dubái. Carnival by Trèsind aporta un toque picante y teatral. Encabezado por uno de los chefs más mencionadosen la ciudad, Himanshu Saini (el mismo que nos trajo los restaurantes indios Trèsind y Trèsind Studio, ambos impulsados por el espíritu de la modernidad), la comida en Carnival suele ser temática y estar influenciada por las estaciones. Merece la pena gastar un poco más y probar el menú degustación, pero hay muchos platos populares si no tiene tanta hambre, como el raj kachori con yogur al "nitro" y pollo tandoori picante.

CLAP, una terraza para el recuerdo, es una joya japonesa de la ciudad. Recomendamos optar por la experiencia omakase, dejando en manos de los expertos la difícil tarea de pedir los platos. Los chefs escogen una magistral selección de platos para su disfrute gustativo. Si quiere tomar las riendas, el "clap cloud" de salmón cosquillea la lengua con un toque de miso especiado, mientras que la pizza al estilo japonés y la tempura de langosta le ofrecen sorpresas marinas. Los platos a la parrilla "robata" y los rollos de sushi insignia de la casa también están buenísimo, pero no se vaya sin probar el shabu shabu de ternera wagyu de CLAP, una cazuela que causa impresión. Mejor venir con hambre.

GAIA, un homenaje a todo lo griego, es una colaboración entre dos iconos nacidos en Dubái: Evgeny Kuzin, del grupo hostelero Bulldozer, y el famoso chef Izu Ani. Llevando a la mesa una sensación de cordialidad, los entrantes, como la refrescante ensalada de sandía y berenjena ahumada melitzanosalata, hojas de vid rellenas y el queso feta asado dan paso a platos principales sensacionales, como el pescado hecho a su gusto, la pasta de langosta, las chuletillas de cordero y mucho más. Si viene con un grupo, puede reservar la mesa del chef en la planta baja junto a la cocina, justo al lado del espectáculo.

Hutong, un clásico de Hong Kong que se propone compartir con el mundo la picante cocina del norte de China, ha inyectado una importante dosis de especias en el barrio del Centro Financiero Internacional de Dubái. No nos cansamos del dim sum de lubina chilena, que le hará entrar en calor, o delxiao long bao de vacuno. Sin embargo, le aconsejamos que se lo tome con calma, porque el pato Pekín en llamas es absolutamente divino. A eso se le añade una selección de deliciosos platos de carne, refrescantes opciones vegetarianas y pescado y marisco al estilo Schezwan y, igual que nosotros, saldrá de allí más que satisfecho.

Uno de los nombres más aclamados del mundo, L’Atelier de Joël Robuchon en el Centro Financiero Internacional de Dubái, no le decepcionará. El restaurante del desaparecido Joël Robuchon, conocido por ser el chef con más estrellas Michelin antes de su muerte en 2018, es un homenaje al savoir-faire de la cocina francesa. Aquí encontrará alta cocina como está mandado, además de mantelería blanca y una vajilla reluciente. Y, en lo que a la comida se refiere, todo está muy, muy rico. Nuestros favoritos son la langoustine (gambas en papillote crujiente con albahaca), la sole (lenguado à la meunière) y la caille (codorniz caramelizada con foie gras y puré de patatas con trufa).

Con su decoración de interiores inspirada en el Art Dèco, su vajilla de plata y una experiencia culinaria llevada al siguiente nivel, Shanghai Me es un destino de ensueño. Como su nombre indica, el restaurante sirve sabores asiáticos con un toque decadente, haciendo que cada plato sea digno de una ocasión especial. Hay mucho que admirar aquí, incluyendo platos estrellas como la ensalada de pato crujiente con piñones, las tostas de gambas con sésamo, la cazuela de arroz con champiñones y trufa, el bacalao a la parrilla con salsa de miso al yuzu y el imbatible carpaccio de seriola.

Es inusual poder probar la atención al detalle, pero el The Artisan at Waldorf Astoria, DIFC, le sorprenderá. Aquí tienen un compromiso admirable con lo artesano, por ejemplo, toda la pasta es fresca y casera, la masa de pizza se deja fermentar durante 72 horas, añadiendo un sabor inimitable y los ingredientes auténticos se obtienen solo de los mejores proveedores (por ejemplo, el Parmigiano Reggiano procede directamente de Emilia-Romaña). No importa si pide la pizza al tartufo, los sabrosos ravioli de ossobuco o el impresionante pulpo guisado a fuego lento, o cualquier otra cosa de la carta. Disfrutará de cada bocado.

Zuma, un restaurante que no necesita presentación, sigue siendo el faro culinario del DIFC. Siendo uno de los primeros conceptos culinarios en abrir en el distrito de negocios, hace ya más de una década, llevó a la zona a su nivel de epicentro culinario cuando pronto le siguieron cantidad de restaurantes, tanto de alta cocina como más distendidos. El tiempo no ha restado ni un ápice al atractivo de Zuma y sigue mereciendo la pena esperar por su reserva. Los almuerzos de negocios aquí son la comidilla del barrio. ¿Su secreto? Una comida japonesa contemporánea de excepción servida en un entorno atemporal para ocasiones especiales. No puede perdérselo mientras esté en la ciudad.